top of page

¡De los errores, la vida adulta y otras vainas!

Para hacer esta historia interesante, debo confesar que volver a escribir se siente como desempolvando una casa vieja de esas de pueblo, antiguas, que llevan mil años cerradas, sin recibir aire, ni luz del sol. Estoy literalmente abriendo las puertas y ventanas de este Blog, pa' que respire, pa’ que se “airee”, pa‘ que deje de oler a guardado.


Que puedo decir... Si, llevaba. Mucho tiempo sin escribir, mucho tiempo priorizando cosas muy importantes y otras muchas no tan importantes, y cómo en todo lado, terminé metiendo por encimita, muy disimuladamente, un polvito Bajo el Tapete, como para que "nadie" lo notara. Excepto yo, que sabía el agua me mojaba.


Me pregunté muchas veces por qué paré de escribir, porqué no seguí constante en sacar entradas y darme a mi y al mundo un poquito de enfrentamiento a la realidad. Y la verdad es qué, esa misma realidad me cogió y me dio tres vueltas. La vida me revolcó, para bien, debo admitir, pero que revolcada tan hijueputa. Al punto que hoy mi vida no es NADA de lo que era por esta misma época hace un año.


Paré de escribir porque no tenía nada que contar, porque se me fue la inspiración y no quería hablar por hablar, por obligarme a cumplir un # absurdo e irrealista que puse en un mapa de sueños, y porque, además, el día a día, tratando de apagar incendios y acomodando mi nueva vida, me capó la creatividad y las metáforas que tanto uso en este blog.


Paré porque me abrumé con tanta maricada que tenía; porque me creí y me juré superpoderosa, creí que podía darle vida y mantener a flote los mil proyectos y sueños que tenía. Y pues no morí en mi intento.

Resulta que cumplí muchos de ellos, aun me asusto de lo increíble que fue el 2021 para mí, peeeero, no podía pretender que no hubiera daños colaterales, y que por creerme la puta ama del multitasking, las cosas importantes, cómo escribir - porque amooo sentarme detrás de un teclado, a volcar mi cerebro en algunas letricas y que además me es bastante liberador - pasaran a ser prioridad #100 de las 100 cosas que tenía. Así que calcule que tan jodida estuve. (Un saludito de una de las Ana del pasado, con el cansancio pudiendo conmigo)


Y a lo que voy con este vómito de ego, hablando de mí y de lo que hice y no hice, es que aprendí algo que me pareció revelador desde mi experiencia, que quizá le sirva a usted, amigo(a) lector(a), pero que sobretodo, me inspiró para volver escribir.


Aprendí, y de hecho, sigo aprendiendo que no está mal de vez en cuando fallarse a uno mismo, cometer errores y desviarse un toque. Nos metieron en la cabeza que equivocarse está mal, pero ¡¡Noo!! ¡Todo mal!, equivocarse es NORMAL. Es, creo yo, mandatorio para evolucionar, es un mal necesario. Pero ¡ojo!, no se nos puede volver costumbre pisar siempre la misma mierda. Hay que subir el nivel de las cagadas, procurando que cada vez nos enseñen algo distinto.


Por eso, estoy de vuelta. Pero este blog, tendrá un propósito diferente. Escribiré sin la presión -autoinfrigida- de que “tiene que ser” un blog exitoso, que tiene que gustarle a todo el mundo, porque sino yo fracasé como blogger (que a todas estas, ¿quién dijo que tenía que serlo?). Será un espacio en donde yo escriba cada que me de la gana, pueda y de verdad tenga algo, que a mi criterio, considere aportante para quien lo lea. ¿Te digo la verdad? Me cansé de presionarme a mi misma para hacer todo SÓLO por que hay que hacerlo, porque que dirán si no lo hago. ¡No más!, que cansancio de vida, estar en tantos aspectos cumpliendo expectativas de todo y para todos y uno a punto de colapsar.


En su momento aprendí mucho, sobre las expectativas.

Me leí un libro que se llama "El sutil arte de que todo te importe un carajo" de Mark Manson, que por cierto, se los recomiendo, y me liberé mucho. Incluso escribí sobre las expectativas, pero parece que aún sigo siendo víctima de esta vuelta, de mi propia auto-exigencia. Y honestamente, ¡qué guevonada vivir así!, ese dolor en el alma, sencillamente ¡NO LO VALE!


De hecho, y gracias al cielo, después de entender esto y de sacar un tiempo consciente, amoroso, y respetuoso para escribir, para mi, ¡volvieron las metáforas!. Quizá tenía que irme a vivir sola, lejos de mi mamá, y de ser alguien afortunada y bendecida por tener a su mamá viva y con tanto amor para dar, para darme cuenta de que ¡Parceee! La vida es, y debería ser en fin último, como irse a vivir solo


Irse de la casa, la historia de aprender a vivir.

De mi experiencia aprendí que, cuando te largas de la casa de tu mamá, con tus 3 chiros, una cama y una nevera prestados, se revuelca tu vida y la de las personas con las que vivías. Sin embargo, sucede algo que llevas buscando por mucho tiempo: el "glorioso" hecho de que ¡NADIE TE JODE LA VIDA!. Y si, la "magia" sucede. De repente estas en tus 4 paredes vacías, lidiando con el eco de hasta tu respiración, solo(a), con los platos sucios, una montaña de ropa de hace 2 semanas por doblar, el trapeador implorando que lo laves y lo uses y tu diciéndole a tu gato: ¡Vida Hijueputa, soy adult@!.


Si, vas a tu tiempo, vas a tu ritmo, nadie te jode porque haces o dejas de hacer, pero llegas al revelador hecho de que, si no te haces responsable de tu vida, de tu casa; si no limpias, si no organizas, si no lavas los platos, lavas la ropa, trapeas y barres, NADIE LO VA A HACER POR TI y es tu decisión si decides vivir en el mugre y el desorden o decides convertir esas 4 paredes en tu hogar, en tu lugar favorito.


¡Esa es la puta vida!. Nadie vive por ti, nadie va a cumplir los sueños por ti, nadie va a decirte que hacer o que no. La gente te dará consejos, opiniones o críticas (como cuando la mamá le hace visita a uno), pero sigue siendo tu pinche casa, y es tu decisión que haces con ella. Incluso, la gran mayoría, tendremos la fortuna, de que si la cagamos y nos equivocamos en la decisión, las puertas de la casa de mamá, tu habitación y tus cosas, estarán ahí para ti. Las puertas de aprender y hacer las cosas bien una siguiente vez están abiertas ¡SIEMPRE!

Por eso, aunque nos hayan metido un terror el hijueputa a equivocarnos, hacemos mucho más con nuestras vidas si lo intentamos. Así nos equivoquemos, es mucho más que si no hacemos nada y nos quedamos esperando a que sea mamá la que siga haciéndose responsable de lavarnos los calzones, y no descubras lo emocionante que puede volverse, por ejemplo, lograr sacar una mancha en una sábana y sentir que somos capaces de hacernos cargo de nuestro propio culito 💪🏻

No comparo esa sensación con nada. Esa sensación de adultez, de hacerte responsable, de sentir un miedo asqueroso, pero a la vez una libertad que pocas veces se experimenta. Comprendí que el día que nos hacemos cargo de nuestro destino, y decidimos que somos quienes tomamos las decisiones de nuestra vida y los ÚNICOS responsables de las consecuencias, ese día "coges el toro por los cuernos" y empiezas a tomar decisiones que te lleven por el camino que estás destinado a recorrer.

Dicen que, "no hay mal que por bien no venga, y no hay cagada que aprendizaje no tenga". ¡Muévete!, ve hacia adelante, haz que las cosas pasen, incomódate, esfuérzate más y haz de tu vida, tu presente favorito.


Y cómo dijo un calvo con pijama amarilla, ¡Namasté!. En español, ¡Gracias!, por llegar hasta aquí sin querer mandarme por un volado al tener este particular, digamos talento, para darte una sacudida y decirte lo que quizá nadie, ni nosotros mismos, somos capaz de decirnos.


Beshitos.. Ani Puerta


Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page